Un nutrido grupo de asistentes se reunió en el café Gustave de Altigone para participar en el café-debate sobre inteligencia artificial (IA), organizado por Café’in. Laetitia Lalla, especialista en informática y tratamiento de imágenes, y Corinne Joffre, secretaria general del Instituto de Inteligencia Artificial y Natural de Toulouse, fueron las encargadas de explicar las ventajas que ofrece la IA para automatizar una gran variedad de actividades relacionadas con el análisis, la clasificación y la predicción, como la traducción, la imagen médica, los asistentes de voz o los vehículos autónomos.
Durante la charla, se explicó que las IA se inspiran en el funcionamiento de las neuronas humanas, empleando arquitecturas específicas, como los transformadores, para comprender, interpretar y generar lenguaje humano.
Europa busca establecer un marco ético que regule el desarrollo de estas herramientas. Sin embargo, surge la interrogante de si podrá influir realmente frente al dominio de las IA desarrolladas en Estados Unidos. También se expresaron preocupaciones sobre el impacto de estas tecnologías en el mundo laboral y educativo: hoy en día, múltiples tareas son ejecutadas por IA generativas, aunque todavía hay ámbitos, como el jurídico, donde se requiere absoluta confianza en los resultados.
En el proceso de búsqueda de empleo, por ejemplo, las personas ya utilizan la IA para redactar sus currículos, mientras que las empresas recurren a sistemas automatizados para seleccionar candidatos en base a esos documentos. Sin embargo, se han detectado sesgos relacionados con el género y el origen de los postulantes.
Actualmente, el 99 % de los estudiantes afirma utilizar herramientas de IA generativa. Esto plantea una reflexión profunda: ¿cómo redefinir el rol de los docentes en una educación mediada por la inteligencia artificial? ¿Qué valor añadido podrán aportar los profesores en este nuevo entorno de aprendizaje?
Durante el debate, también se discutió sobre el papel de la IA en los algoritmos de las redes sociales, que tienden a encerrar a los usuarios en burbujas de contenido debido a la selección personalizada que les ofrecen. Frente a esta realidad, surge una pregunta: ¿es posible soñar con una IA orientada al bien común?
En este sentido, las expertas recomendaron apostar por modelos de código abierto para promover un uso más transparente y ético de estas tecnologías.