En los últimos años, Nvidia (NASDAQ: NVDA) se ha consolidado como una de las grandes protagonistas del sector tecnológico en Estados Unidos, impulsada por la creciente demanda de sus potentes chips utilizados para entrenar y ejecutar algoritmos de inteligencia artificial. Sin embargo, tras una caída del 17% en lo que va del año, la compañía enfrenta un freno en su camino ascendente, en medio de tensiones comerciales e incertidumbre por la competencia extranjera, lo que pone en duda su tesis de crecimiento.
¿Deberían los inversionistas ver esta baja como una oportunidad para comprar o sería mejor mantenerse al margen de este gigante tecnológico? Analicemos la situación en profundidad.
El problema de Nvidia va más allá de los aranceles
Si bien resulta fácil atribuir la reciente caída de Nvidia a las políticas comerciales de la administración Trump, esta es solo una parte del panorama. Por ahora, los semiconductores están exentos de aranceles en EE.UU. (aunque esto podría cambiar más adelante), y Nvidia ya ha tomado medidas significativas para relocalizar su cadena de suministro. Un ejemplo de ello es que sus últimos chips basados en la arquitectura Blackwell son fabricados por Taiwan Semiconductor Manufacturing (TSMC) en su nueva planta en Arizona.
El verdadero punto de inflexión llegó en enero con el lanzamiento de DeepSeek R1, un modelo de lenguaje desarrollado en China que, según los informes, iguala el rendimiento de referentes como ChatGPT, a pesar de utilizar chips H800, tecnológicamente menos avanzados.
Aunque persisten dudas sobre los costos de entrenamiento de DeepSeek y posibles infracciones de propiedad intelectual, esta situación plantea interrogantes preocupantes.
¿Podrían alternativas más económicas reemplazar a las unidades gráficas más avanzadas de Nvidia? ¿Corre riesgo la industria estadounidense de software de IA, caracterizada por sus altos costos, frente a propuestas más accesibles desde China y otros países? Aún no hay respuestas claras, pero la incertidumbre ya afecta el precio de las acciones de Nvidia, incluso cuando sus cifras de crecimiento continúan siendo sólidas.
¿Están los clientes buscando diversificar su cadena de suministros?
Aunque todavía es pronto para medir el impacto completo de DeepSeek, ya hay señales de que los principales clientes de Nvidia están explorando opciones para reducir su dependencia de la compañía, apostando por soluciones internas. En febrero, OpenAI cerró un acuerdo con TSMC para desarrollar su primera generación de chips personalizados para inteligencia artificial, con un lanzamiento previsto para 2026.
Los chips personalizados están diseñados específicamente para ciertas tareas, lo que les permite operar con menos componentes innecesarios y, por ende, ser más eficientes que las soluciones genéricas de Nvidia. Pero lo más relevante es que estos desarrollos permiten a las empresas evitar intermediarios costosos.
Perspectivas a futuro
Nvidia sigue siendo un referente indiscutido en el sector de chips para IA. No obstante, la presión competitiva, sumada a un entorno comercial volátil y a la posibilidad de que los grandes clientes opten por desarrollos propios, plantea desafíos reales para la empresa.
Para los inversionistas, la decisión de “comprar en la baja” debe evaluarse cuidadosamente. Aunque la caída actual puede representar una oportunidad, también es un reflejo de riesgos estructurales que podrían influir en el largo plazo.